La construcción de la autoimagen en la web, altera el significado de la existencia y la participación de los que habitan en la plataforma de Tinder. Creemos configurar nuestro perfil para integrarnos en cierto grupos, pero en cierta disposición, es la propia aplicación/tecnologia que configura nuestra propia identidad y nos limita a ser 'alguien'. El internet nos une y libera, favorece la igualdad y la transparencia, es cierto que conduce a una participación más directa y democrática sin jerarquías, pero nos manifestamos siendo una entidad muy distante a la propia. La condición del 'match' es producto de la imagen idealizada que proyectamos en nuestras fotos, imponiendo en primera, la atracción sexual y luego la escena real. 
 
Tras observar la interacción de los usuarios en esta plataforma, he podido denotar un patrón constante en los gestos corporales que optan los usuarios a perfilarse en su carta de presentación.  La producción de esta intervención en el espacio público, es resultado de 157 screenshots capturados en la aplicación geosocial Tinder de usuarios reales, insertados en un mosaico fotográfico que construyen la fotografía de un personaje público del entretenimiento, en este caso, Daniel Craig, actor británico de cine, teatro y televisión, quién interpretó a James Bond en Casino Royal. De esta manera llevo al usuario a salir de virtualidad y exponerse como imagen publicitaria a su mejor postor, a través de un objeto de compra y venta que concluye en un calendario 2018.


<Este proyecto se evoca hacia mi primera interacción con la aplicación Tinder, cuando la app recién interactuaba con el mercado en Lima, Perú>